top of page

2017: la revolución del Pelón

  • Abner Vélez Ortiz
  • Dec 31, 2017
  • 4 min read

Mientras redacto esto, Facebook me recuerda que justo hace un año hice por decision mi primer viaje solo, mismo que auguraba un año disrruptivo, loco, revolucionario, ¡chutzpah! Puedo concluir que 2017 y yo lo hicimos, y lo hicimos muy bien.


Por muchas cosas, puedo asegurar que está año que termina quedará grabado en mi memoria. Descubrí a un Abner en serio valiente, que se atreve y que no tiene miedo. Uno que más allá de ser pedero —porque lo soy, ¡y mucho!—, tiene el coraje de plantarse de cara al enemigo y decirle "quítate, porque voy a pasar". Y no es porque le valga o sea arrogante, sino porque aprendió y entendió que Dios va delante de él como poderoso gigante.



Quisiera decir que fue fácil, pero no. Sin embargo, sí fue harto divertido. Especialmente porque aunque conozco mi carácter, hubo personas que estuvieron —y están— para apoyarme. Agradezco por la vida de cada uno de ellos, porque mientras me veían flaquear, desinteresadamente fueron cabeza y emociones para regresarme a la realidad y seguir. Creo que, al final, sí he comenzado a ver a la gente como Dios la ve, y esto me permite ser vulnerable para dejar de pelear mis batallas solo, ¡no estoy solo nunca más!


No sé crean, de pronto me cuestiono frente al espejo si lo estoy haciendo bien. Por meses, de cara a mis 30 —porque cumplo tres décadas el siguiente año—, me he preguntado si estoy donde pensé estar, y sí, las voces me acusan y señalan diciéndome que fracasé en mis planes, en muchos de los sueños que me planteé hace años. Y aunque en el fondo duele, creo que parte de las grandes lecciones del año fue que TODO tiene un tiempo en los cielos y en la tierra. Renuncié a mucho durante este ciclo, pero sé que los planes que vienen serán mucho, mucho mejores... o al menos, quiero ser inocente y crédulo.


Mi 2017 en Instagram

Durante 2017 fui testigo de grandes cosas que me dan luz, que me empoderan, que me hacen querer seguir adelante. No puedo explicar lo increíble que fue alzar la mano y decir "protesto" cuando la UNAM me dijo "licenciado" y luego tener mi título en las manos —con todo y su horrible foto—. Tampoco hay palabras para describir lo emocionante y edificador que es ver milagros, que por muy pequeños que sean —como la sanidad de una gripa o un dolor de cabeza—, son grandes victorias, especialmente cuando suceden a través de las manos de un equipo que lidereas.


Hace unas horas reflexionaba sobre lo acertivo que fue Dios al llevarme a Vereda, mi comunidad, mi familia en Cristo. Más que Jucum, más que MXSSM, ahí es donde sucede la belleza de esta revolución de vida. Estoy taaaaaan agradecido con Dios por ese lugar, por la gente, por mis pastores y aunque no le hable a más de la mitad de la iglesia —porque no quiero hacerlo—, ver desde la alabanza cada butaca de ese auditorio adorando a Dios o pasando a [al H. Departamento de] oración con fe de que recibirán un milagro es LO MEJOR DEL MUNDO. Entiendo que algo está cambiando. Quizá es la iglesia, pero quizá soy yo el que cambió.


No te pierdas: Me da esperanza


Creo que puedo —y quiero— cambiar el mundo... o aportar mi granito de arena para hacerlo. Por eso, entre los muchos sueños, ideas y proyectos para 2018 tengo en el corazón iniciar un grupo. Dicen que mi llamado es ser "pastor", veamos sí podemos lograrlo. Además, ahora sí espero meterle más punch a Misión Sonrisas MX, es un ministerio que está llamado a impactar México y ya no quiero detener su propósito. Buscaré ver más milagros y maravillas para que se desate un avivamiento real en mi país; pero sobretodo, mostrar el rostro de Jesús, porque estoy convencido de que le debemos al mundo un encuentro con Dios y este es el tiempo.


No recuerdo desde hace cuando tiempo, pero sí sé que decidí dejar de tener expectativas y plantearme metas, sin importar si son a corto, mediano o largo plazo. Ser objetivo con esto, ser neto conmigo y estar con los pies en la tierra es la clave. El resto es seguir siendo yo, ¡PORQUE ASÍ SOY!, y bueno, de una u otra manera, siempre me salgo con la mía, jojojo [incluso con la certeza de que a veces deberé pagar un precio, en ocasiones muy alto].


Mi oración para 2018 es que los cielos estén abiertos siempre sobre mi nación, porque lo estarán para mi. Que cada profecía que de levantó y que se levante se cumpla en tiempo y forma con poder. Claro, espero que no falte la salud para que no se ausente el trabajo, y que éste sea redituable... y que al menos pueda divertirme en él, porque qué oso —chiste local—. Sin embargo, mi oración, para mí, es que pueda ver la mano de Dios en cada momento de las siguientes 365 jornadas.


**Pitufresas

Querido 2017:

Desde que anunciaste tu agresiva llegada, sabía que íbamos a tener sinsabores, pero que al final, serías un gran amigo. Te vas, pero te quedas bien grabado en mi corazón; es probable que te recuerde como "el año del terremoto", y aunque literalmente lo eres, pasas a mi historia personal como un ciclo que me transformó, que me empujó a estar más cerca de la persona en quien quiero convertirme, a ser honesto conmigo mismo, a romper mis paradigmas y ser libre... realmente libre. Si fueras una persona, desearía abrazarte muy fuerte y hacerte saber lo agradecido que estoy por todo esto, pues con tu partida, siento que termina un ciclo en mi vida pero que deja la puerta abierta para lo que parece ser que será un gran, GRAN año... y eso no depende de lo que pase en el, sino de como lo enfrente y los giros que quiera darle, porque comprendí que yo soy quien tiene el poder de otorgar control a la gente sobre mi vida, y decido que sea Jah quien lo tenga.


Gracias, 2017.


¡Hasta siempre, 2017!



Comments


Featured Posts
Recent Posts
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic

PAbner Vélez Ortiz Periodista / Twitter: @AbVelez_ / © Coach Communication.  Gracias a Wix.com

bottom of page