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Agradecido

  • Abner Vélez Ortiz
  • Dec 11, 2014
  • 4 min read

He traído ganas de escribir este texto desde las celebraciones gringas del Thanksgiving, una celebración netamente estadounidense con mucho sentido: “dar gracias”.


Obviamente yo nunca he celebrado esta fecha porque aquí en México no es parte de nuestras tradiciones, pero encuentro mucho sentido en ella por el simple hecho de poder reunirte con la familia y agradecer que puedan estar reunidos, que tienen salud, empleos, vidas, amor… no sé, pero rescato, insisto, el hecho de estar agradecidos.


¿Qué es ser agradecido?, busqué en el diccionario y es, vaya, mostrar agradecimiento por lo que se recibe. Básicamente, para no hacer el cuento largo, hablamos de GRATITUD, aquella emoción o sentimiento que viene por todo lo positivo (usualmente) que se recibe.


Leyendo un poco de Wikipedia (uuuuuuuuh!, ¡qué intelectual!), dice que la gratitud moldea y da forma a la vida cristiana… ok, una vida de gratitud hacia Dios por todo aquello que nos ha dado cuadra chido con lo que pienso. Y es que a veces olvidamos que “Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación” (Santiago 1:17).


Escribo esto pensando en lo cercano que esta el fin de año y todo aquello que recibí de este. Hasta hoy he dado fin y cierre definitivo a cosas en mi vida que me estaban jodiendo. Esos resentimientos que se convierten en cadenas y no te permiten avanzar. Pero no solo eso, también el hecho de aferrarnos a imágenes falsas de personas que amamos que no son lo que crees que son también se convierten en nudos que aprietan más la venda de tus ojos y, además de los grilletes, nos hace “avanzar” en medio de la oscuridad.


Hoy, me siento agradecido, obviamente con Dios (todo empieza y vuelve a Él, siempre) por que sí, y casualmente mi nombre significa “mi Padre es la luz del camino/mi padre es un fanal”, de alguna manera u otra he sido guiado de buena manera por los caminos que ha querido que transite. Y ok, la neta no han sido los más padres y he llegado a pensar “chale, te pasas de lanza, eh”, pero, como siempre he dicho, hasta aquí nos permitió llegar… y entonces sé que el camino no ha terminado, porque su luz, con todo y la oscuridad que le quiero inyectar a mi vida, no deja de ser más brillante que el mismo sol. Entiendo así porque Raziel (mi otro nombre) significa “mi secreto es Dios”. Agradezco pues que Él sea, de la forma que sea, la luz de mi camino y mi secreto… lo que quiera que eso signifique.


Me siento, además, agradecido conmigo. Espero que no suene pretencioso, pero la verdad es que miro hacia atrás y veo tanta basura y me digo “qué chingón que estés aquí y ahora”. No sé si Dios o mi terquedad, pero de alguna manera siempre me he salido con la mía y he alcanzado una a una mis metas. Obviamente no ha sido fácil, pero si no lo intento nunca sabré si podré hacerlo. Me agradezco pues que aunque muchas voces dijeron que era muy estúpido e inútil para caminar, aunque me pusieron el pie, y caí, estoy de pie y avanzando y sé que sé que sé que nada me detiene. Pienso en el Abner bíblico y descubro que de alguna manera todos (los que nos llamamos así) somos iguales: guerreros invencibles, humildes y humanos. Quizá sea cierto eso que dicen que "nombre es destino".


Agradezco el amor en las cientos de maneras en las que lo he visto y conocido. Evidentemente, el amor de pareja que a partir de este 2014 se puso más rudo, eso de querer casarse y planear una vida juntos pasando de lo micro a lo macro es muy intenso (oh sí, vaya que sí). El amor de los hermanos y la familia también es importantísimo, es bueno saber que allá afuera hay personitas a las que antes ignorabas y que ahora escuchas con detenimiento sus palabras y consejos. Y por supuesto, el amor, aprecio y cariño de los amigos, ¡los verdaderos amigos! 2014 me los mostró uno a uno y estoy agradecido por ello. En su medida y forma, los amo y me encanta compartir esto que soy y lo que me hace ser con ellos.


Agradezco el tener un empleo y que caiga una lana cada quincena para sobrellevarla. No sé si mi trabajo realmente sea valorado, pero supongo que no lo hago tan mal, por eso me pagan.


Y creo que, si fuera gringo o viviera en Estados Unidos, este Thanksgiving hubiera sido especial porque, finalmente hallamos a Lorena y eso, ese momento, no lo cambiaría absolutamente por nada del mundo. Ha sido, sin duda, uno de los momentos más felices de mi vida hasta hoy… ¡y eso que aún no nos vemos físicamente.


En fin, después de mucho pensarlo, creo que vivir una vida de gratitud es un buen camino para mejorar nuestra estancia en la tierra. Quizá muchos pensarán que es una tontería lo que digo, y quizá lo sea, pero creo que a veces tenemos sueños sobre nosotros mismos que son poco realistas. He aprendido que tener mucho dinero, amor, amigos, capacidades, trabajo, fiesta, etc no lo es todo. Si uno no es feliz consigo mismo, con lo que tiene y con los que vive, no podrá avanzar… eso es lo que creo, y eso es, también, por lo que estoy agradecido.


 
 
 

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PAbner Vélez Ortiz Periodista / Twitter: @AbVelez_ / © Coach Communication.  Gracias a Wix.com

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