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Puras cosas maravillosas

  • Abner Vélez Ortiz
  • Feb 8, 2017
  • 5 min read

1. Escribir

Fui al teatro a ver "Puras cosas maravillosas", una puesta en escena dinámica que me ha conmovido muchísimo... lo sé, soy un chillón de primera pero el argumento de la historia me ha pegado bastante y escribir estas letras en el metro y aguantarme las ganas de llorar me está costando trabajo.

110. Comer sushi

No es un secreto para nadie la situación emocional en la que me he movido los últimos 28 años de mi vida... sí, toda la vida. Los tremendos altibajos a los que me he tenido que enfrentar, generalmente solo, y que de alguna manera me han hecho fuerte, a veces amargado y otras tantas, quizá, confianzudo, bruto, inocente, terco... no sé.

2,505. Besar hasta que te quiten el aliento

Más allá de que si mis papás están divorciados (neta, ya dejen de poner ese pretexto cuando quieran hablar de mi vida o analizarme), que mi papá sea un cabrón (también ya chole con eso) o que mi mamá esté enferma, sola, medicada y mil cosas más, puedo decir valientemente, e incluso siendo vulnerable ante ustedes, querido lectores, que la vida no ha sido fácil, naaaaada fácil. Y bueno, es estúpido decirlo porque todos nos enfrentamos a este contrato social obligados a firmarlo y a trabajar con él aunque no nos guste. Bien lo dice la Maestra Cristina Pacheco: "aquí nos tocó vivir".

39,047. Queso fundido quemado

"Puras cosas maravillosas" cuenta la historia de un hombre cuya madre vive siempre en un profundo estado depresivo con tres intentos de suicidio, un caso muy conocido para mi. Y en su afán por mostrarle a su madre que había razones para ser feliz, a sus siete años comienza una lista de 'Cosas maravillosas" por las que valdría la pena sonreírle a la vida diariamente... o al menos, una puta razón para levantarse de la cama. ¿Quién no las tiene? , mínimo para darle de comer a tus mascotas o quizá para comprar qué comer.

546,246. El olor a palomitas quemadas (el mismo -según yo- que el de llanta del Metro quemada)

Con el paso de las años, abandona la lista, la encuentra, agrega más cosas, la abandona de nuevo, se enamora, la comparte accidentalmente, cae en depresión, su vida parece fracasar, la abandona, muere su mamá, la encuentra, la transcribe, la termina... ¡un millón de "cosas maravillosas" para disfrutar en la vida. Desde placeres tan minúsculos como una cucharadita de helado de limón, sin olvidar el sexo y, claro está, despertar con el amor de vida a un lado.

749,284. Quitarle la cobertura de chocolate a una enorme dona.

No sé, enfrentarme a situaciones complicadas, como algunos intentos de suicidio -no míos, claro-, el abandono consciente de un padre, la feliz división de una familia (no la mía, ya sé que mi familia está quebrantada y esas cosas...), la infelicidad de una serie de fracasos amorosos y una larga lista de #EpicFails me hace cuestionarme qué es eso "maravilloso" que le puedo encontrar a la vida SIN necesidad de tocar el tema "Dios". ¿Realmente hay algo en ella para mi que valga tanto la pena como para hacerla "maravillosa"? Y conociendo lo empático que puedo llegar a ser, viene a mi otra pregunta: ¿podrían mis "cosas maravillosas" impactar la vida de alguien en una situación difícil como para convertirla en un cordón del que pueda colgarse y salir de su hoyo?

895,022. Darle un beso a un recién nacido y que tu barba le pique.

Mientras escribo estas líneas, ahora en la soledad de mi depa con una pobre taza de leche caliente y unas pastillas antigripales que me esperan ´para después de la ducha siento una suerte de temor emocional sobre qué y quién soy. Creo que no me había dado cuenta de que en el fondo tengo miedo a la soledad, al vacío, al fracaso. Y a pesar de todo, sé que está bien, es normal de alguna manera; pero hacerme consiente de esto me hace sentir más temor de un momento explotar, un cruce de cables y ¡boom!, salga corriendo de aquí, de la oficina, de la Congre y nunca nadie más vuelva a saber de mi... incluido yo mismo.

999,997. Snoopy.

Insisto, sin caer en lo teológico, pero me cuestiono sobre la hoja de texto en blanco que tengo frente a mi y sobre si realmente estoy viviendo cosas maravillosas que, aún en medio de toda la mierda que he contado en este mismo espacio -incluso unas líneas más atrás- me dan la fortaleza de levantarme cada mañana y decir "¡A por ellos!"; si el esfuerzo de ser mejor persona, más allá de si se van a dar cuenta de una puñetera vez si quieren o no estar contigo, vale la pena como para seguir en el camino o estancarte... me cuestiono sobre si todo lo que hago en la vida vale realmente la pena.

999,998. La mirada de un cachorro cuando sabe que eres su "papá" y le vas a dar de comer.

Me ha dejado pensando esta obra, y lo agradezco sobremanera. Por una parte reafirma muchas cosas de mi con las que he lidiado por años y que he ido venciendo poco a poco (por ejemplo, ser más "social"), y también saca a la luz algunas otras que me desagradan y que también quiero trabajar para que sean una "cosa maravillosa" que pueda atesorar y compartir con otros. Quiero mirarme en el espejo y pensar en esos episodios de mi vida que me han marcado y reír hasta las lágrimas, con burla real o nostalgia de todo aquello que fue y hoy ya no es... o nunca fue. Mirar al espejo y ver a un Abner anciano, ciego, con mis perforaciones -no me las pienso quitar... no por ahora- pelón y gordo y simplemente mirar mis ojos de regalo y decirme "un día más, hasta aquí nos permitió llegar Jah". Y quizá, y sólo quizá, hacer de ese día una jornada con cosas maravillosas... cosas que impacten, aunque sea uno sólo, y su vida pueda ser de alguna manera transformada para así saber que mi paso por este mundo no fue de a gratis.

999,999. Un milagro más.

No sé si quiero llorar, si deba "enlutarme" o algo, pero creo que mi tiempo de morir a mi mismo llegó sin que lo esperara. Simplemente llegó, atravesó la puerta y se instauró. Creo que el tiempo de los "nuevos comienzos" llegó a plenitud y, quién sabe, quizá al final de mis días termine mi lista de "Puras cosas maravillosas", la imprima y la deje ahí para la posteridad, quizá.

1,000,000. La enorme sonrisa gingival de mi mamá.


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PAbner Vélez Ortiz Periodista / Twitter: @AbVelez_ / © Coach Communication.  Gracias a Wix.com

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